"Irlanda es como la pintan, nunca mejor dicho. Pero yo quiero contar mi versión. Lo bueno y lo malo. Lo que me hace gracia. Y no pienso abrir artículo hablando del clima. Que por cierto es una mierda."

jueves, 26 de marzo de 2020

SLÁINTE


Una historia basada en hechos reales que no ha pasado pero que podría pasar.

Un grupo de españoles establecía asamblea en la smoking area de su pub favorito tomándose unas pintas después de trabajar, cada uno con su uniforme correspondiente. Una de bellas artes, una de ingeniería, una de comunicación, otra psicóloga y el último derrochando filosofía no remunerada en cada frase. En común, todos ellos camareros y con ese tufillo a estrés de “me empiezo a preocupar por mi vida que voy derecho a los 30”.


Una con camisa morada, otra con un polo naranja. Si no fuera por la popularidad en restauración del sutil color negro este grupo de apátridas se parecería a las tortugas ninja tras un proceso judicial rápido ocasionado por una larga e intensa velada. De este panorama se libra la sexta del grupo, que acaba de llegar, pues dada la libertad de vestimenta que otorga el oficio de au pair se libra de no hacer conocer su procedencia laboral.

En esta escena costumbrista estos amigos unidos por el lenguaje se reúnen para beber, despotricar sobre sus trabajos y comentar las nuevas noticias y chascarrillos hasta que uno, o dos, o todos juntos por consenso espontáneo, presentan la siguiente cuestión: “¿Nos echamos otra aquí o nos vamos a otro sitio?”. En el caso de que no haya error de cálculo derivado de la reciente llegada de un nuevo personaje con su correspondiente refrigerio o de algún sediento impaciente que aparece con una nueva Guinness en mano antes de que dicha frase sea propuesta, los amigos se suelen fumar un cigarro, presionan al último por beber y, decididos, se dirigen a introducir sus respectivos cuerpos en otro garito parecido o similar. Por variar.

Para esta ocasión la Spanish Armada nos habíamos movilizado a uno de los pubs menos usuales en nuestra rutina. Unos conocidos músicos desarrollaban su actuación en dicho local y, nosotros, contentos con la smoking area, la música y el resto de coetáneos que ahí se daban decidimos echar una o las que se precisasen.

Curioso el tema de la música en directo en los pubs, peculiaridad de Irlanda y uno de los aspectos que hacen que muchos nos quedemos prendados de ella. En España no hay de esto, decimos, afortunadamente está creciendo, suelo añadir. Pero no es lo mismo. Estamos en lugar turístico así que muchos de los pubs reúnen a numeroso personal proveniente de todos los puntos cardenales del mapa esmeralda, aspecto que recogen mis colegas músicos y no dudan en explotar:
-         ¿Where are yee from, yourselves,?- preguntan como si fuera la primera vez a unas personas que no alcanzo a ver con las que habían empezado a interactuar.
-         ¡Donegal!- Oigo responder.
-        ¡Donegal!- porque ese lugar siempre causa mucha expectación pese a que siempre hay alguien de dicho páramo y no sea novedad. Y claro, los músicos, sin ni siquiera plantearlo, ya están entonando “Hills of Donegal”, que es una canción bonita de oír, por lo menos las primeras veinte veces, con un ritmo bastante afable y feliz.
Y esto se repite. Entre aplausos y yo intentando no derramar mi pinta el cantante alza la voz para decir “Hey, there is people from Galway over there!”. Y ya los tenemos inmersos en “Galway girl”. Apoyada en la barra ausente a la conversación de los que hacen uso de la lengua de Cervantes y de los de Sheakspear me imaginé esta misma performance made in Spain. Los mismos muchachos un poco más morenos apelando a la regionalidad de la gente para amenizar su actuación en un bar de Logroño en San Bernabé, por ejemplo.
-         ¿De dónde sois, vosotros, los de atrás?-  Tendrían que situar la pregunta al no haber intención de interacción por parte de los oyentes.
-       Huesca.
-     ¡Huesca!- Para que queremos “Hills of Donegal” teniendo “Cuando vayas a Huesca” de Joaquin Carbonell. Cosa más seria.
Y sino:
-         ¡Soria!- “¡Voy ca-mi-no Soooria!”- Mucho más alegre.

Admití que podía ser curioso pero que el margen de edad no bajaría de los 60, eso sí, cerrarían las gigs con “Fiesta pagana” o “legalización”, sin perder la tradición verbenera de la tierra.

Para cuando acabó la música los que quedábamos habíamos alcanzado un nivel de embriaguez de esos que hacen fumar a los no fumadores y confraternizar con desconocidos, pero con tranquilidad. De eso que no se está eufórico pero sin darte cuenta la palabra “no” se va diluyendo hasta convertirse en “quizás”. En este estado en el que las situaciones transcurren por inercia uno de los músicos, natural de Ballycroy, Rory O’Malley, nos propuso la siguiente parada de la noche. No sé en qué contexto y plática, pero el plan era el siguiente:
-      There is a beach party tonight in Achill, It will be all night long. I think all of us should go, I’m going, the band is going. Good fun, great craic!- Este colega local es de naturaleza inclusiva y algo peculiar: Irlandés abstemio, cuenta la leyenda que no necesita beber, que se cayó en una barrica de whiskey cuando era pequeño, que pese a no tomar anima las fiestas y nunca parece incómodo o aburrido en conversaciones de madrugada.
-     I think is a good idea, I’m off tomorrow. Que de puta madre vamos, me parece.- Alba, que llevaba ya fuera de rosca desde la segunda pinta nuestra, venía con los deberes hechos de casa, no se quería perder ni una mientras pudiese en esta efímera existencia que nos toca.
-         A ver bien, but, how we come back? I’m working at 6 in the evening...- Blanca siempre tiene en cuenta el factor trabajo, no solo en llegar a tiempo, sino en llevar a cabo un buen cometido. Más por no agobiarse que por buen servicio.
-      Me too, I don’t really want to get piss, but could be nice to go if we can get a lift back on time.- Vadim, que se muestra prudente ante una fiesta irlandesa en la playa será el primero en hacer beber a todo el grupo con la consecuente pérdida de sentido. – Actually, we can go to my house first and take the vodka and Kalimotxo from last week, Maybe is shit but is better than nothing.- Ahí estamos.
-         No worries!- Rory se mostraba insistente, parecía totalmente convencido en prestarse en pro de nuestro disfrute en su país- I’ll bring you folks back in the morning, I have to do some stuff in Newport so I have to leave up anyway.
Yo había permanecido callada todo el tiempo. el grupo se mostraba tímido pero convencido. Se esperaba mi respuesta como miembro permanente. Tenía que decir algo, pero no quería decirlo. Claro que quería ir a Achill en plan locurón. Quería ir y bailar lo que pusiesen y acabar con la corbata del curro enrollada en la cabeza si se diese el caso. Pero...
-         Entro a las 9.- Se podia ver la tristeza en mis ojos- I’m at 9 tomorrow morning- me corregí.
El murmullo en español consecuente argumentando que la vida es corta o que si fueran las 7 u 8 sería diferente, etc, fue interrumpido por Rory.
-         We'll be back before 8!. You can sleep in the van if you need to!
El plan fue recibido con jolgorio y alegre aprobación. Ya llevaba el uniforme puesto, otro punto a favor. Yo, que de todas formas no me fiaba un pelo, que me conozco, esperaba que nadie pronunciase la popular fatídica frase.
-         You’ll be grand!- Sentenció Blanca acercándome un vaso de whisky.


Pasajeros al tren. En este caso, a la furgo. Alba empezó a hacer matemáticas.
-         Espera, look. We are five, and there is only place for... two!- Su voz transmitía intensa preocupación.
-         That’s right! But there is enough room in the back- Conociendo a Rory no era algo que nos sorprendiese y, como la capacidad de negación estaba ya defenestrado en nuestros procesos químicos mentales, nos peleamos por ir en la parte de atrás.
Quien haya transitado las pobremente asfaltadas carreteras del condado de Mayo sabrá que es un reto ingerir cualquier líquido en lo que dura el viaje. Sobretodo sin cinturón y sin luz en la trasera de una furgoneta. Blanca, Vadim y mi persona decidimos que dicho reto no era tal sino un deber, y el vozka bajó considerablemente durante el trayecto. María, falta de reflejos ocasionados por la sobre ingesta de Guinness, más se podría decir pesadez, anduvo lenta en elegir sitio y se quedó sin montarse en la atracción de las tinieblas, así que acompañaba a conductor y a Alba en los asientos reglamentarios. Alba quería estar cómoda y admitió que igual se mareaba un poco, que la Mescan Extra* no es una bebida que sea necesario agitar.

Desde atrás, que solo nos hacía falta la piscina de bolas para hacer más el mongolo, lo único que oíamos era a Alba hablar y otro extraño sonido que se repetía cada vez con más frecuencia. Tos. Rory tosía educadamente. Una vez. Dos. Dos seguidas. Otra vez. Esta vez dando libertad al tosido como alguien que quiera expulsar al demonio exprimiendo alvéolos.
-         You alright? ¡Que se nos muere el Rory, pobrecito! Bueno, y nosotros detrás- Dedujo María ante la magnitud del ataque de tos.
-         Stop the van!- A Alba no le gustó la idea de un inminente accidente y a Rory supongo que tampoco le hizo gracia, así que paró e hicimos un alto en el viaje.

Al parar nuestro taxi Alba salió escopeteada a buscar un sitio para miccionar, las otras dos se quedaron asistiendo al enfermo y Vadim y yo nos fuimos estudiar el terreno en plan comando de exploración. La sensación de aventura, el alcohol y la oscuridad nos hizo parecer que la distancia recorrida era considerable, pero cuando nos paramos aún podíamos oír las voces de nuestros camaradas. Decidimos no proseguir con la exploración al encontrarnos con una entrañable vista. Un muro de piedra medio derruido parecía encauzar un río que brillaba a la luz de la luna y que reflectaba las luces de una casa allende la pradera dándonos, con sus destellos, pequeñas pinceladas de lo que formaba el paisaje que, como toda irlanda, se basaba en más muros de piedra delimitando fincas, pequeñas arboladas, una casita abandonada y las pequeñas hills.

Mientras establecíamos el campamento con accesibilidad al preciado líquido Blanca y María se encargaban de que no nos quedásemos sin conductor cuyo ataque de tos no mejoraba.
-         ¿No hay agua o algo por ahí, en la furgoneta? Have you got any water in your van?- María miraba al muchacho en busca de respuesta afirmativa, pero este negaba con la cabeza.
-         I’m fine! Coff, coff. It’s alright. Give me a minute... COFF, COFF.- Su ojos lloraban y su mano en el pecho no inspiraba ninguna confianza.
-         Pues solo tenemos Klimotxo. Toma, bebe. Drink this- Blanca acababa de aportar la única solución viable.
-         No, tha... coff, coff, thanks. I dont’t drin... coff, drink- Rory se apartaba de la botella como si la cargase el diablo o se tratase de lixiviado.
-         It’s just coke, the wine is already gone. Practically is not alcohol in here.- La desesperación y el tono de voz de” nunca mentiría” de la sevillana hizo que Rory agarrara finalmente la botella, pero aún así dudaba.
-         You’ll be grand!- Blanca, finiquitando. Y Rory finalmente bebió.


Como de costumbre ante la presencia de ovejas me dispuse a entablar conversación con ellas. Los balidos se oían lejanos en la oscuridad pero suficiente para hacer posible una supuesta comunicación. Pero nada, sin respuesta.
-Prueba a cambiar de registro- Vadim intentaba aportar soluciones totalmente interesado en acabar el ejercicio con éxito, pero aún cambiando de tono no obtenía respuesta de las rumiantes.
La conversación ovina se vio interrumpida por Alba. Se la oía acercarse pero no llegar, así que decidimos echar un par de voces para orientarla. Finalmente apareció.
-         What are you doing? ¡Anda, un río! Qué bonito, ¿me puedo asomar?- Cada uno tiene sus instintos bajo los efectos del alcohol, pero no sé qué le llevó a la mujer a abrazar el muro. La mayor parte del cuerpo estaba inclinada hacía tierra por seguridad pero yo no podía evitar tener algo de vértigo viéndola. -¿Pero habéis visto que reflejos?-
-         Es bonico, sí.- Y lo era de verdad. Era un paisaje de esos que te quedas mirando un rato para capturarlo cual fotografía en tu mente. Fotografía en la que no solo guardas imagen, sino olores, sensaciones e incluso el sentimiento que acompaña al momento. Y, como se puede observar, habíamos entrado en el estado de borrachera melancofilosófica.
-         ¿Os dais cuenta de que cada uno de nosotros estamos viendo algo diferente? Porque lo que veo yo no es lo mismo que lo que ves tú. Porque seguro que no vemos el mismo rojo o la misma luz, será diferente. Cada uno tiene su visión.-  Alba abrió tema.
-         Cierto, la percepción es distinta, pero vamos que es bonito para todos.- Vadim se quedó con cara de seguir reflexionando para reforzar o refutar la teoría. O no.
-         Sí, sí, pero que no es lo mismo lo que ves tú a lo que veo yo. Si os dais cuenta nunca sabremos cual es realmente la realidad. De hecho ¿cuál es la realidad, los árboles o su reflejo en el río?.-
-         Yo creo que ambas son parte de una misma realidad pero, como tu misma estás diciendo, el reflejo, que se muestra cambiante debido a las ondas del agua, representaría la parte subjetiva. La parte de la realidad que cada uno percibe diferente.- Aporté. No sé si callamos unos segundos por haber finiquitado la teoría o era que el tema no daba para más.
Vadim seguía pensativo, Alba y yo cambiamos de tercio.
-         Pues yo me tiraba.- Afortunadamente se había bajado del muro adoptando posición de persona.
-         A ver, si te tiras yo te sigo. Por apoyo. Pero vamos que no hay necesidad.-
-         Pues no creo que vayamos a estar aquí nunca más en la vida, yo creo que la cosa sería tirarse, como despedida.-
-         Si yo lo digo en serio, en el caso de que lo hagas yo te acompaño, con toda seguridad. Doy mi palabra.- La verdad que estaba sintiendo en mi interior una pequeña fuerza que me empujaba hacia el agua. Esa fuerza que te hace hacer el gilipollas y acabas lesionado sobre las cuatro de la mañana.- Ya me imagino mañana el artículo en el Mayo Adverstiment: “Dos españolas very drunk rescatadas de ser ahogadas en un río. <<Yo me tiro>>, dijo una, <<Si te tiras tú me tiro yo, apuntó la otra>>” –

Según planteábamos la cuestión oímos como el resto del grupo se acerca. Y se oye como un canturreo.
-         ¿Por qué Rory está cantando el maldito Hills of Donegal?- Tenía que ser esa canción, que no la había escuchado nunca.
-         Pues que le hemos dado un poco de kalimotxo para que se le pasase la tos y ahora no calla. Pero se le ve contento, oye.-
-         María, se te ha olvidado decir que en cuanto nos hemos dado la vuelta ha vuelto a agarrar la botella. Que tenía más tos decía.- Blanca no se mostraba contenta ante la reducción de bálsamo festivo.
-         Bueno, hay que entender al muchacho que, en el fondo, lo lleva en la sangre. Además sí que es verdad que se le ve más contento.- Volví al tema.- Alba, ¿nos tiramos o no? Dónde había quedado la cosa.
-         A mi lo único que me parece mal es que nuestro conductor está borracho, pero si quiere beber que beba. A ver es que estoy pensando que habría que quitarse por lo menos las zapatillas.-
-         Si no me importa que beba, es que no se calla, lleva cantando “Hills of Donegal” todo el rato.-
-         ¿Si se pone malo qué hacemos? Que no está acostumbrado a beber.- María había propuesto una pregunta interesante, pero nadie estaba lo suficientemente sobrio como para preocuparse.
-         Pues se le sujeta el pelo. Bueno, a este no que no lo tiene largo, y a esperar a que se le pase. ¿Pero os vais a tirar de verdad?-
-         Yo estoy a la espera de las órdenes y/o movimientos de Alba.-
-         Yo no me tiro pero os apoyo.-

De repente oímos un chapuzón. Mientras Alba miraba hacia abajo yo me volví a ver quién había sido el subnormal que se había caído o saltado. Blanca se reía mientras se llevaba la mano a la cabeza, Maria estaba con la boca abierta y la gramola Rory había cambiado el hit a “Fisherman´s blues”.
-         ¡¡¡¡¡Vadim!!!!! ¿Pero qué haces?- El cuerpo de Alba estaba peligrosamente inclinado hacia el abismo. – ¡Que se ha tirado!- Nos comenta, por si no nos habíamos enterado.
Tras recuperarnos del shock nos apresuramos a pescar a nuestro amigo que, al ponerlo en tierra, parecía contento. Con excitación por el frío pero con serenidad se dispuso a explicarse.
-         Os estaba escuchando como os convencíais para tiraros y, de hecho, mi proceso mental estaba siendo el mismo, solo que yo he contado con la motivación extra que supondría ser el primero. Ha sido cuestión de factores-
-         Ah, bueno. Eso lo explica todo. Yo creía que simplemente estabas muy borracho.- Declaré.
-         Eso también.-
-         Se me han roto los pantalones por subirme al muro.-

Alba tenia la entrepierna con ventilación, Vadim estaba totalmente mojado y todos, cada uno encajando el momento, habíamos miccionado a gusto, así que decidimos continuar el viaje. Desandando nuestros pasos no tuvimos problemas en llegar a la furgoneta. Llegamos rápido y en silencio. Hubo alguna risa pero había un silencio perturbador. Ovejas balando a lo lejos, el viento moviendo las hojas y nada más. Habíamos perdido a Rory.
-         ¿Alguien sabe en qué momento ha dejado de cantar?-
-         ¿No se habrá caído al río?-
-         A ver, no dramaticemos, igual esta meando por ahí.- Nos aferramos al supuesto de Blanca durante dos minutos. O más.

Agudizamos el oído no vaya a ser que nos llegase la radiofrecuencia de “Auld Triangle” o similar. Nada.
-         Llámalo a ver, Isa, tu tienes su número.- Me ordenaron en sevillano.
-         Sí, pero no tengo saldo.-
-         Pero como vas por saldo, ¿no tienes contrato?.-
-         Que nunca llamo a nadie, y todos están siempre en el pub de siempre o en el otro.-
Cedí el número. No daba señal.
-         Creo que nos toca ir en busca y captura del muchacho.- A mí personalmente me gusta la aventura, pero de haber tenido las llaves de la van lo habría dejado para otro día.- ¿Un comando de obediencia ciega que se preste?-
-         A ver, vamos todos...
-         ¿Nos separamos para buscarlo?- Buena idea María.
-         Eso es lo que dice el primero en desaparecer en las pelis.- Buen argumento Blanca.
-         Pues vamos tres y dos.- Alba y las mates otra vez.
-         Yo creo que es más divertido si vamos todos juntos, por la coña digo.- Y ganó Vadim.
Todos juntos y casi de la manita nos aventuramos hacia la oscuridad hasta que el canguele general derivado de la falta de luz y orientación nos obligó a pararnos y recapacitar.
-         Tengo una idea.- El único hombre del grupo decidió pensar un plan “B”, con suerte algo ingenioso y elaborado con un forzado resultado favorable:
- ¡¡¡¡¡ROOOOOORYYYY!!!!!! - Buena idea. Nos unimos al coro, desgraciadamente sin resultado. Lo que sí empezamos a percibir fue una extraña presencia. No era Rory. Luego percibimos más. Nos estaban rodeando. Estábamos siendo sitiados por vacas. Muu, y echamos a correr como condenados. Tras pisar tres o cuatro mierdas bovinas llegamos al punto de encuentro. El lugar era correcto pero faltaba un pequeño detalle. La furgoneta no estaba. Lo único que había eran las botellas vacías de Vozka y Kalimotxo en el suelo.
-         Se ha llevado la furgoneta, y la fiesta...- Apuntó tristemente Blanca, inclinada sobre la botella de vozka. Alba se acerco a ella para dar el pésame.
-         Se habrá ido a comprar más Kalimotxo.- María intentando subir la moral de la tropa.
-         Yo he traído la petaca.- Y todos fuimos un poco más felices.


El whiskey de la petaca de Vadim era ya un lejano recuerdo cuando vimos aproximarse unas luces en la carretera. Empezamos a mover los brazos cual náufragos que atisban un barco pero abortamos al percibir que el vehículo aminoraba la marcha y se apartaba a la cuneta a la altura de nuestra posición. Era Rory, más fresco que una ensalada.

Mientras nos llevaba al objetivo primogenio, Achill, a ver qué quedaba de la fiesta, nos confesó que estaba deeply sorry, que se había embriagado a niveles que no alcanzaba desde su adolescencia y que, en resumen, se la había ido la pinza. En un punto dado se había dado cuenta de que la furgoneta pesaba menos y de que se sentía solo sin saber porqué. Al percatarse de la causa cuenta que se apresuró a volver a por nosotros pero que, para compensar, había conseguido unas cuantas latas de cerveza y que por eso había tardado más.

Por suerte en este país, pese a ser verano, las latas de cerveza nunca se quedan calentuchas. Y eso que aquí solo gastan las de tamaño pinta. Estábamos los peninsulares sentados en la playa, mirando la oscuridad del mar, con un frío del carajo, bebiendo nuestras default, cerveza por defecto, que no recuerdo si era Heineken, Carlsberg, o marca Hacendado. Pese al fresquillo estábamos a gusto, todavía había supervivientes y algunos de los músicos seguían tocando cual banda del titanic. El artista de la flauta, que se había sentado a nuestra vera para ambientarnos la escena tenía pinta de gurú celta y, como si supiese lo que iba a pasar, las tristes notas que tocaba pusieron banda sonora a lo que venía.
-         Gente, tengo que decir una cosa. Me quedan dos semanas. Me vuelvo a España...


Como una melodía todo en la vida suena un rato y luego se desvanece. Depende de nosotros mismos pararse a escuchar.
Y, en general, creemos ser el viento y somos veletas.
En fin, sláinte!




* Cerveza local del Condado de Westport, County Mayo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario