"Irlanda es como la pintan, nunca mejor dicho. Pero yo quiero contar mi versión. Lo bueno y lo malo. Lo que me hace gracia. Y no pienso abrir artículo hablando del clima. Que por cierto es una mierda."

viernes, 13 de junio de 2025

Nosotros los bichos.

No sé si habéis visto estas dos películas: Bichos, de Disney, y Antz, de Dreamworks. Estas dos producciones y su rivalidad me han venido a la mente inspirada por los novedosos acontecimientos políticos que nos acontecen en España. Si no las has visto, no vale la pena seguir leyendo. Puedes ir en paz.

Ambos filmes tienen una narrativa similar. Una hormiga obrera que se diferencia del resto y que por una razón o accidente se va a la aventura. En el transcurso salva la colonia y consigue su propósito, estar con la princesa.

Disney, obviamente, es una versión más infantilizada, blanqueada y mucho más fácil de digerir. La  hormiga Reina no tiene nada que ver con la naturaleza de esta especie y la historia va de unos saltamontes, claramente más fuertes y con mala pinta, les roban los recursos a las hormigas. El protagonista es creativo, pacífico e innovador. Critica a sus especie por conservadora desde el punto de vista productivo y sus compañeras hacen lo mismo con él claramente evidenciando su ignorancia pueblerina y retrógrada. La película se resuelve cuando la colonia se rebela gracias al protagonista y a la aparición de sus amigos del circo, un bicho palo, un gordo y un mariquita. Jutas, toman conciencia de especie y derrotan a la fuerza extranjera. 


Antz otorga una visión mucho más realista, profunda y con mucha más complejidad de detalle. Tiene una visual mucho más desarrollada e incluso la Reina se presenta como esa gran paridora de larvas fiel a la naturaleza. Por lo demás aunque el protagonista presente este toque creativo, fuera de norma que intenta romper con el carácter ovejil de sus compañeras, el personaje es cobarde, un poco idiota, no se cree mejor y su mejor amigo es un tío perteneciente a las hormigas guerreras campechano, cachas pero característico dentro de su simpleza. En esta película, por enlazar con la importancia de éstas hormigas de naturaleza bélica, hay una tremenda escena de batalla contra las termitas, con muerte y mutilaciones. Es impresionante y es una contraposición clara de la mentalidad débil que tenemos ahora. El enemigo, es la élite de la colmena, estos jefes hormigas guerrera que, dentro de la misma especie, juran proteger a la colmena en su totalidad. Pero la realidad es que usan a las propias obreras para destruirlas y así intentar crear una sociedad utópica solo con la élite secuestrando a la futura reina y fundando una nueva colonia, pero todo ello desde el gobierno y con una sonrisa en la cara al público. Actúan con el apoyo de la masa, gracias a su ignorancia, ingenuidad y propaganda. Las obreras con ayuda del protagonista finalmente se rebelan, sí, igual que en bichos, solo que esta vez lo que hacen es funcionar como colmena, no luchar en sí, sino ponerse de acuerdo de una forma práctica y de hecho el pilar más importante, literalmente hablando, es el amigo de este, figura masculina, hormiga guerrera que sí sabe cual es su deber, que es proteger a las obreras y a sus amigos.


¿Y por qué discutir las diferencias de estas dos películas de similitud aparente ahora? Pues para denunciar esta mentalidad que caracteriza a la sociedad que vive anclada en ese enemigo tan concreto dibujado por el imaginario izquierdista de que el enemigo va a venir por la fuerza, se comporta como tal, es un general dictatorial de derechas racista y nuestros gobernantes de nuestra cuerda velan por nuestro bienestar ante la amenaza fascista que nos quiere robar nuestros recursos de manera injusta. Cuando son estas élites que con un disfraz de oveja mal puesto ya nos engañan, nos roban nuestros recursos y además nos obligan a escavar nuestra propia tumba mientras aplaudimos cuando aparecen y nos tapamos los oídos ante cualquiera que piense distinto mientras nos deslomamos a trabajar en el maravilloso “gran tunel” que ha dicho la tele que es genial.


Por favor, gente, quitaos el filtro Disney y de paso cambiad de postura, que no sé dónde empieza Sánchez y dónde acabáis vosotros.